martes, 27 de julio de 2010

EXODO Y RETORNO DE ESTUDIANTES

Por Dr. Enrique Bernales

(En octubre de 1976 el Dr. Enrique Bernales publicó en el diario La Prensa, un artículo en el que enfoca algunos aspectos de la migración de los estudiantes peruanos, a partir de un retorno al que se quería obligar por causa de la triple (AAA) que se había fundado en la Argentina y cuya historia se toca mas adelante)

Universitarios peruanos que estudiaban en Argentina, se han visto obligados a retorna al país y realizan ahora gestiones para continuar sus estudios en nuestras Universidades. La causa inmediata de su decisión es bien conocida: amenazas contra su integridad física y la propia vida por razón de sus ideas políticas. El hecho en sí forma parte del contexto de violencia y acción armada de distintos grupos políticos que desde hace algún tiempo han alterado la paz interna en la Argentina.



La gravedad del hecho no debe ocultar, sin embargo, el problema que para nosotros tiene importancia primaria que es el éxodo anual de varios miles de estudiantes al extranjero. Tampoco debemos confundirnos y tomar, como causa primera, el factor detonante de su retorno; la acusación de hacer política en país extranjero no es deslizable de su condición universitaria que los lleva inevitablemente a formarse políticamente y a expresar consecuentemente sus opiniones. No es desligable asimismo de las condiciones generales de vida a que se ven sometidos desde el momento mismo en que optan por una larga residencia en país extranjero. No significa esto una justificación; las leyes de cada país vedan al extranjero el participar en política interna y es esta una regla de juego que guste o no debe acatarse en cuanto la soberanía nacional de los Estados garantiza exclusivamente a los miembros de su comunidad el ejercicio de los derechos políticos. Más allá del derecho está el hecho social y la irrefrenable naturaleza por encima de los criterios de nacionalidad, son las vicisitudes y la problemática de aquella sociedad en cuanto vive que es la suya en cuanto vive y se integra a ella.

La explicación del hecho nos muestra pues esta grave contradicción en la que se ven expuestos quienes optan por estudiar en el extranjero; situación que se agudiza conflictivamente si tomamos en cuenta la vehemencia juvenil y el que, como ya lo hemos manifestado, la información universitaria es también una formación política en el sentido mas profundo y esencial del concepto.

¿Cuánto son, a donde van y porque van quienes por razón de estudio salen del país?. Esas tres preguntas demandan respuestas muy precisas si es que efectivamente queremos atacar el problema de fondo y no limitarnos, como parece ahora ser la tendencia, o resolver el aspecto anecdótico y circunstancial de un masivo retorno involuntario. No existe una información precisa y oficina sobre el número de peruanos que actualmente estudian en el extranjero; el CONUP reúne la estadística pertinente al número de personas que ingresan a nuestras universidades, pero carece me mecanismos internos, y de canales de comunicación con canales del extranjero que le permitirán obtener el dato de la matricula de estudiantes peruanos. En base a cifras procedentes de las mismas asociaciones de estudiantes peruanos, registros consulares y egresos declarados de divisas, podemos calcular en 30.000 aprox. el número de estudiantes que realizan estudios universitarios en el extranjero, a nivel de la licenciatura profesional.

Los países de mayor preferencia son Argentina, los EEU y España, países que se escogen por razones de orden económico, facilidad idiomática o garantías de una mayor prestigio profesional en el caso de la matricula en universidades norteamericanas. En cualquiera de los tres países mencionados, la calidad de la enseñanza y las exigencias de una mejor preparación secundaria constituyen un duro obstáculo para nuestros estudiantes, razón por la cual deben invertir un tiempo adicional en preparación complementaria o repetir la matrícula de los primeros años. El problema principal radica, sin embargo, en las dificultades de adaptación para sistemas socioculturales y económicos que presentan características muy distintas a nuestras costumbres y patrones de organización social. Desarraigados de su habitad natural, privados del ambiente familia y deficientemente preparados por nuestra escuela secundaria, estos estudiantes carecen de recursos para cometer por si solos la responsabilidad de dedicarse al estudio y resolver al mismo tiempo el problema de inserción en el país receptor. Adicionalmente debe tomarse encuentra la edad en la qe se acomete esta experiencia y que por lo general oscila entre los 18 y 20 años.

A los problemas enunciados se suman los que naturalmente surgen como consecuencia el final de la adolescencia y proceso de afirmación de la responsabilidad. Se concluye así que la situación e muchos de estos estudiantes es en realidad la del desamparo afectivo, el desconcierto intelectual y el conflicto psicológico.

¿Cómo entones llamarnos a escándalos cuando se nos indica que la conducta de los estudiantes peruanos, afirmación por lo demás extensible a lo de otras nacionalidades, es hostil y contraria a las costumbres del país y que no solo hay intromisiones políticas, sino comportamientos “antisociales”, que se expresan en la conducta sexual, en el consumo de alcohol y drogas, en la agresión física, el incumplimiento de pagos, el hurto pequeño, y en general todo lo que dice relación con la exaltación del “machismo”. Sé muy bien que son estos aspectos del problema sobre los cuales se tiende un pudoroso velo de silencio o que simplemente se ignoran porque aparentemente nos hieren en el sentimiento nacional.

Equivoco y de los serios, no obstante, porque con ello no se rectificaran las conductas, si no que además permaneceremos inertes ante próximos éxodos masivos, sabiendo desde ahora cuales son los problemas que confrontaran y cual de las conductas reactivas que inevitablemente se producirán. Porque el problema es real y complejo, tenemos que decirlo y asumirlo con toda claridad: Tres mis estudiantes peruano o a mas van al extranjero para alcanzar una profesión; la gran mayoría de ellos pasan por serios problemas de crisis psicológicas social que los impulsa adoptar como mecanismos de defensa, actitudes y comportamientos que simultáneamente dificultan tanto la inserción sexual como el éxito en los estudios. El costo personal, familiar y nacional es muy alto; unos regresaran para intentar la matrícula en nuestras universidades, otros quedaran simplemente por el camino y también habrá un alto número que alcanzada la meta profesional, preferirán permanecer en el país adoptado antes que someterse a un nuevo proceso de readaptación en una nueva sociedad a la que solo les liga el origen mas no los nuevos intereses, idiosincrasia y obligaciones adquiridas.

Formulamos al comenzar esta nota una pregunta sobre las razones de las salidas masivas de estudiantes. La respuesta debe ser en verdad materia de un análisis exhaustivo y que ojala fuese asumido por el propio ministerio de educación y el CONUP. Queremos sin embargo señalar algunas pistas obtenidas a través del contacto permanente con la problemática universitaria y las entrevistas con PP FF y jóvenes que consultan la disyuntiva de hacer los estudios en el extranjero o quedarse en el país.

La enumeración de causas es muy larga, pero debemos mencionar entre las principales, la inadecuada estructura educativa, del país, la desarticulación entre el nivel secundario y de la enseñanza superior que a su vez se reduce casi exclusivamente a universidades de formación profesional, la mitologización de la universidad convertida en canal obsesivo movilidad y ascenso social, la estreches del mercado ocupacional, la desorientación del joven que egresado de la secundaria no sabe para que le sirve la escuela sino puede ingresar a la universidad ni encontrar trabajo, ni recurrir a medios alternos de capacitación; en fin la desesperación de los PPFF que no saben como resolver el problema del hijo devenido mayor y para el cual no hay posibilidad de estudios ni de trabajo.

Cuando tal situación se presenta, la única salida que se vislumbra en el es el sacrificio de enviar al joven al extranjero, asumiéndose un costo y un riesgo que está sin embargo lleno de una extraña mezcla de resignación y esperanza. El camino optado es difícil de recorrer y son muchos los que no llegan a la meta. Problema viejo y que por desgracia no ha merecido nunca adecuada consideración; su actualización y debate público nos llega ahora porque se han producido circunstancias que impiden el silencio. No se trata de resolver solo el problema de los que vuelven porque sus vidas han sido amenazas o de obtener garantía por los que quedaron aya. Pasado el temor, el éxodo continuará y es este el problema central que debemos atacar y resolver; teóricamente la reforma educativa puede tener muchas virtudes, pero su utilidad social será mínima, sino se modifica sustancialmente el sistema de enseñanza y capacitación superior y se dinamiza sensiblemente el mercado de trabajo y aparato reproductivo nacional.

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